5 de agosto de 2014

El último desparecido con vida era el nieto de Carlotto

A Guido le llevaban buscando 36 años. En una ocasión creyeron que era él pero se equivocaron. Ahora, no hay duda. El hijo de Laura y nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Stella de Carlotto, acudió voluntariamente hace un par de meses, a la asociación para someterse una pruebas de ADN que han confirmado la noticia más feliz de su verdadera familia.

«Hemos encontrado a mi sobrino», confirmó el tío del muchacho que hoy trabaja en la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina. «Estamos todos bien. El único que puede hablar por ahora soy yo. El resto tiene la garganta cortada. Es un shock terrible», declaro a la agencia oficial Telam. Ahora, añadió, «deberá tomar una decisión en algunas cuestiones». La observación, con certeza, tiene que ver con su nombre y su derecho a recuperar la identidad robada. Se desconoce si la familia, al parecer su padre de crianza fue un productor agropecuario que murió, obró de buena fe y lo adoptó sin saber sus orígenes o estaba vinculada a las fuerzas de seguridad de la última dictadura argentina (1976-83). Durante el régimen se desarrolló un plan sistemático de desaparición de personas y de sustracción de bebés y niños a parejas vinculadas a movimientos guerrilleros o bajo sospecha de simpatizar con estos.
El caso de Laura, vinculada al grupo Montoneros, es emblemático por ser hija de Stella de Carlotto. La joven fue secuestrada el 1 de agosto de 1977 cuando estaba embarazada. El parto, según pudo reconstruir su abuela, se produjo en el Hospital Militar y posteriormente, tras arrebatarle a la criatura, la fusilaron en un páramo cerca de una carretera. Los restos se los entregaron, tiempo después, a su madre.
El niño, para toda la familia, era Guido. Hoy saben que durante toda vida se le conoció como Ignacio Hubert, de 35 años, músico y residente en la localidad bonaerense de Olavarría.
La edición de Clarín recoge el testimonio de Gibo Carlotto, su tío. «Mi sobrino tenía dudas de su identidad desde hace muchos y hace dos meses decidió hacerse los análisis. Fue mi hermana desde el Instituto de la Identidad Nacional quien le informó: Soy tu tía, sos el hijo de Laura Carlotto, mi hermana, Laura», le dijo antes de fundirse en un abrazo.
Stella de Carlotto, incansable luchadora en busca de los nietos robados se refería a estos niños que hoy «son hombres y mujeres» como los «únicos desaparecidos con vida». Ahora, el último, ya tiene nombre y apellidos: Los de su familia.

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