CARACAS-- La fiscalía venezolana solicitó al banco HSBC información sobre los funcionarios públicos que tienen cuentas en su filial suiza, envuelta en un escándalo tras reportes que denunciaron que allí se ayudaba a clientes a ocultar millones de dólares en activos hasta 2007.
Según los reportes que ocuparon las principales portadas del mundo a principios de este mes, Venezuela sería el tercer país con más dinero depositado en el HSBC de Suiza, con unos 14.800 millones de dólares, detrás de la propia Suiza y de Reino Unido.
"En el marco de unas investigaciones que tiene el ministerio Público por la vía de la rogatoria estamos solicitando al banco suizo HSBC (...) la información de los funcionarios públicos venezolanos que tienen cuenta en este banco", dijo el miércoles la fiscal general Luisa Ortega, al canal privado Venevisión.
Según datos procesados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que luego replicaron diversos medios, unos 12.000 millones de dólares de los depositados en Suiza eran manejados por entidades gubernamentales.
Entre las instituciones destacan la Oficina Nacional del Tesoro y el estatal Banco del Tesoro, según la filtración de un ex trabajador informático del banco.
El ministro de Finanzas, Rodolfo Marco, aseguró que las cuentas del Banco del Tesoro -del cual Marco era presidente al momento de abrirse las cuentas- no eran secretas y manejaban recursos del Estado para el pago de proveedores a través de un fideicomiso, en un proceso que calificó "nada anormal".
Agregó que las cuentas fueron cerradas en 2008.
Unos 1.138 clientes del banco suizo tendrían alguna conexión con Venezuela.
La fiscal dijo que no podía adelantarse al resultado de la investigación, al ser interrogada sobre los pasos a seguir una vez obtengan la información solicitada.
"En una investigación penal, en la medida que van surgiendo elementos es que vas determinando lo que vas a hacer", dijo.
El HSBC fue multado con 1.900 millones de dólares hace dos años por autoridades estadounidenses por controles débiles que permitieron el lavado de dinero. También pagó 611 millones de dólares en noviembre como castigo por una supuesta manipulación en los mercados cambiarios.
El mayor banco de Europa admitió fallas de control y cumplimiento en su unidad privada en Suiza, y alega que ha avanzado en una serie de reformas para garantizar que el banco no engrose una "lista terrible" de fallas, según su presiente, Douglas Flint.
Las más recientes acusaciones contra su unidad en Suiza han dañado su reputación por permitir a clientes millonarios evadir impuestos.
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