Lo sabe bien Marco Rubio, el senador hijo de inmigrantes cubanos pobres que pretende ganar las elecciones a presidente en 2016.
Este lunes, cuando anunció que quiere la candidatura del Partido Republicano a la presidencia en 2016, el centro de su discurso fue la inspiradora historia de sus padres.
Al menos en Miami, donde cientos de personas se movilizaron para apoyarle, su mensaje parece tener efecto.
"Marco Rubio es uno más de la familia", dijo Gina Sosa, una simpatizante cubano-estadounidense haciendo cola a las puertas del evento tres horas antes de que se abrieran las puertas.
"Para mí sería un gran honor que en menos de 60 años desde el inicio de la Revolución cubana llegue un presidente cubano a la Casa Blanca", añadió Sosa.
Rubio se presentó a sí mismo como la encarnación del denominado "sueño americano".
"Uno más de nosotros"
Sus padres abandonaron Cuba en 1956 y pusieron rumbo a Estados Unidos donde su padre trabajó de camarero y su madre de limpiadora de hotel.
Rubio se licenció en derecho gracias a una beca y se lanzó a una fulgurante carrera política.
"Mis padres consiguieron lo que se conoce como el sueño americano", dijo el senador republicano de 43 años. "¿Pero es ese sueño todavía posible?".
En su opinión, ese ideal está en juego desde que llegó Barack Obama a la presidencia, debido a la intervención del gobierno en la economía y la falta de liderazgo en política internacional.
Para realzar su mensaje, Rubio también se cuidó de elegir un lugar especial: la Torre de la Libertad, un símbolo para los cubanos de Miami.
Considerada la "Ellis Island" cubana, esta torre fue el lugar donde las autoridades registraban a los cubanos recién llegados a EE.UU. en los 60 y 70.
"Rubio es como cualquier otra persona en Miami. Es uno más de nosotros", dijo con entusiasmo otro asistente Mauricio Antonio Pons, de 18 años.
"Salvador republicano"
Rubio es el tercer político republicano que anuncia que competirá en primarias para la candidatura a la presidencia.
Antes de él lo hicieron el senador republicano por el estado de Texas, Ted Cruz (de padre cubano) y el senador por Kentucky, Rand Paul, destacado por sus opiniones neoliberales.
Se espera que el exgobernador de Florida Jeb Bush y hermano del expresidente George Bush, anuncie pronto su candidatura.
De momento, Rubio tiene una ardua tarea por delante. De entre todos los posibles aspirantes republicanos, las encuestas sitúan a Rubio como sexto en liza, con un 7% de apoyo.
Pero aún faltan 16 meses de continua campaña y Rubio sabe que muchos le ven como la esperanza de los republicanos para recuperar la Casa Blanca.
Desde que en 2010 consiguió un escaño en el senado por Florida, Rubio ha tenido una destacada presencia en la escena nacional y aparece frecuentemente en medios conservadores como la cadena de televisión Fox News.
Sus admiradores creen que Rubio, por su juventud y orígenes, es el mejor rival para hacerle frente a la favorita entre los demócratas, Hillary Clinton.
Uno de sus apoyos más significativos lo ha recibido del multimillonario Norman Braman.
¿Baza latina?
"Respeto a Jeb Bush, pero creo que necesitamos a alguien que represente a la siguiente generación", dijo recientemente a The Washington Post el magnate, que es propietario de concesionarios de venta de automóviles de lujo.
Muchos en el Partido Republicano creen que Rubio despertará las simpatías del voto hispano.
Tras la derrota en las elecciones presidenciales de 2012, los republicanos asumieron que no se habían adaptado al cambio demográfico que representa el creciente electorado hispano.
En 2013, la revista Time le dedicó una portada con el titular "El Salvador Republicano".
Pero lo cierto es que Rubio tendrá que seducir a buena parte del electorado hispano.
Una encuesta este lunes daba más apoyo a Hillary Clinton que a Rubio entre los latinos, con un 66% de apoyos frente a un 28%.
A las afueras de la torre de la Libertad se concentraron decenas de activistas por los derechos de los indocumentados para expresar su oposición a Rubio.
Rubio se opuso el pasado noviembre a la acción ejecutiva de Obama que pretende evitar la deportación de cinco millones de indocumentados.
"El sueño de Rubio es nuestra pesadilla", rezaba una pancarta.
"Quisiera saber por qué Rubio cree que la oportunidad que tuvieron sus padres no la puedo tener yo", dijo María Bilbao, una argentina beneficiada por la medida de Obama.
Muchos creen que si Rubio quiere ser presidente tendrá que convencer al resto de la comunidad hispana de que su sueño puede ser una aspiración común.
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