JHARIBAR/SINDHUPALCHOWK, Nepal--Muchas personas permanecían el martes aisladas en aldeas y localidades remotas de Nepal a la espera de ayuda, cuatro días después de un devastador terremoto que destruyó edificios y carreteras y causó la muerte de al menos 4.600 personas.
El Gobierno aún debe evaluar la escala total de los daños generados por el sismo del sábado de magnitud 7,9, ya que aún no ha podido llegar a las zonas montañosas más lejanas, pese a los suministros de asistencia y el personal que están arribando al país desde todas partes del mundo.
El primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, dijo a Reuters que el número de muertos podría alcanzar los 10.000, dado que todavía no ha llegado información sobre víctimas desde las aldeas y localidades más inaccesibles.
De concretarse, la cifra sobrepasaría las 8.500 víctimas fatales del terremoto de 1934, el último desastre a esta escala en golpear a la nación de los Himalayas.
"El Gobierno está haciendo todo lo posible para el rescate y la asistencia en esta emergencia", dijo Koirala. "Es un reto y una hora muy difícil para Nepal", agregó.
Nepal informó a las agencias de ayuda que no necesitaba más equipos de rescate extranjeros para ayudar a buscar a los sobrevivientes, puesto que el Gobierno y las fuerzas armadas podían dar abasto con la tarea, dijo a Reuters el jefe local del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.
Expertos dicen que la posibilidad de encontrar a personas vivas en las ruinas era escasa dado que han pasado cuatro días desde que ocurrió el desastre.
"Después de las primeras 72 horas la tasa de supervivencia cae dramáticamente y ya estamos en el día cuatro", dijo Wojtek Wilk del Centro Polaco de Ayuda Internacional, una ONG que cuenta con personal médico y bomberos en Nepal. "En el quinto día la probabilidad es casi cero", señaló.
En un caso dramático, un equipo nepalí-francés rescató a Rishi Khanal de entre los escombros de un edificio de apartamentos destruido en Katmandú, después de que el joven de 28 años pasara cerca de 80 horas atrapado en una habitación junto a cadáveres.
En Jharibar, una aldea del distrito de Gorkha, cercano al epicentro del sismo, Sunthalia no tuvo tanta suerte.
Con su esposo de viaje en India y sin ayuda a la vista, la mujer cavó por horas entre los restos de su vivienda colapsada sólo para recuperar los cuerpos de dos de sus hijos, su niña de 10 años y un varón de ocho. Otro de sus hijos, de 4 años, sobrevivió milagrosamente.
CIENTOS DE VÍCTIMAS EN ALUVIONES
En Barpak, mucho más al norte, helicópteros de rescate no consiguieron encontrar un lugar para aterrizar. El martes, soldados empezaron a abrirse paso en terreno, primero por bus, después a pie.
Helicópteros del Ejército también rodearon Laprak, otra aldea en el distrito conocida por albergar a soldados Gurkha.
Un funcionario de salud local estimó que entre 1.600 y 1.700 casas en el sector quedaron destruidas. Helicópteros lanzaron paquetes con alimentos con la esperanza de que los sobrevivientes pudieran recogerlos.
En Sindhupalchowk, unas tres horas y media por bus al noreste de Katmandú, el sismo fue seguido de aluviones, causando la muerte de unas 1.182 personas y dejando unos 376 heridos. Un funcionario local dijo que temía que muchos más estén aislados y que se necesiten más asistencia.
"Hay cientos de viviendas a donde nuestra gente no ha podido llegar todavía", dijo Krishna Pokharel, administrador del distrito. "Hay escasez de combustible, hay mal clima y no ha llegado suficiente ayuda desde Katmandú", aseveró.
La ayuda internacional comenzó a llegar a Nepal, pero la distribución ha sido lenta, en parte porque las réplicas provocaron el cierre esporádico del aeropuerto.
De acuerdo al Ministerio del Interior, la cifra de muertes confirmadas se ubica en 4.682, con más de 9.240 heridos.
Naciones Unidas dijo que 8 millones de personas se vieron afectadas por el sismo y que más de 1,4 millones necesitaban provisiones de alimentos.
El terremoto más mortífero que ha azotado a Nepal en 81 años también provocó una enorme avalancha en el monte Everest en la que murieron al menos 17 escaladores y guías, entre ellos cuatro extranjeros, el peor desastre en la cumbre más alta del mundo.
Un funcionario local informó que hasta 250 personas se encontraban desaparecidas luego de una nueva avalancha que impactó el martes una localidad del distrito de Rasuwa, una popular zona de montañismo situada al norte de Katmandú.
Turistas extranjeros podrían estar entre los desaparecidos por la avalancha, que golpeó a la aldea de Ghodatabela.
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