Si ya le has permitido a tus hijos tomar un trago de tu cerveza o vino de vez en cuando, probablemente no estarás satisfecho cuando escuches las conclusiones de este nuevo informe.
El estudio, publicado en la Revista de Estudios sobre el Alcohol y las Drogas, encontró que los niños que habían bebido alcohol cerca del sexto grado eran cinco veces más propensos a tomar una bebida completa cuando estuvieran en secundaria, y tendría cuatro veces más probabilidades a beber en exceso o emborracharse.
"No creo que los padres necesitan sentir que su hijo está condenado”, dijo Kristina Jackson, una de los coautoras del estudio, sobre los padres que dejan que sus hijos tomen sorbos de alcohol.
Señaló que sólo una cuarta parte de los niños que probaron un poco de alcohol se tomaron una bebida completa en la secundaria, y que menos del 10% dijo que se emborrachó.
"Creo que lo más importante es asegurarse de que los niños sepan cuándo el consumo de alcohol es aceptable y cuándo no lo es", dijo Jackson, profesor asociado de investigación en el Centro de Estudios sobre la Adicción al Alcohol de la Universidad de Brown.
El estudio incluyó encuestas a 561 estudiantes de secundaria en Rhode Island, Estados Unidos, durante un periodo de tres años.
Un poco menos de un tercio de los estudiantes dijeron que habían probado alcohol al inicio de la secundaria, y la mayoría dijo que consiguieron alcohol de sus padres en una fiesta o en una ocasión especial.
Incluso cuando se incluyen otros factores que podrían alentar a problemas con el alcohol, como el tipo de bebedores que son los padres, un historial de alcoholismo en la familia o tener una personalidad arriesgada, los niños que bebieron alcohol tenían más probabilidades de seguir bebiendo en la secundaria, dijo Jackson.
En total, 26% de los niños que recibieron sorbos de alcohol dijeron que tuvieron una bebida completa por el noveno grado, en comparación de menos del 6% de los que nunca tomaron de niños, según la encuesta.
El 9% dijo que había tomado en exceso (cinco o más bebidas de una sola vez) o se emborrachó, en comparación con menos del 2% para los que no tuvieron sorbos de bebidas.
"Yo diría que es recomendable no ofrecer a tu hijo un sorbo de tu bebida, ya que puede enviar un mensaje equivocado, adolescentes y preadolescentes pueden ser incapaces de entender la diferencia entre beber un sorbo y beber una o más bebidas", dijo Jackson.
Este último estudio viene después de un informe del año pasado, también en la Revista de Estudios sobre el Alcohol y las Drogas, que analizó una serie de investigaciones que llegaron a la misma conclusión: ofrecer incluso pequeñas cantidades de alcohol a los niños podrían conducir a resultados negativos.
Un estudio de 2011 en Suecia, que tomó 13 años, encontró que cuando a los padres ofrecieron a sus niños alcohol, hubo una mayor probabilidad de consumo de alcohol ocasional en las mujeres, pero no en los varones.
Otro estudio entre niños de primaria en Estados Unidos de 1997 encontró que cuando los padres ofrecen a sus niños una pequeña cantidad de alcohol, los jóvenes eran más propensos a iniciar el consumo de estas bebidas por su propia cuenta.
Además, otro estudio comparó el séptimo grado en Estados Unidos con el de Australia, donde los adolescentes tienen permitido beber si están supervisados por un adulto. Alrededor del 36% de los adolescentes australianos tuvo problemas con las borracheras, en comparación con sólo el 21% de los adolescentes estadounidenses, de acuerdo con el informe de 2011.
Sin embargo, un estudio que se hizo hace más de una década parecía llegar a la conclusión opuesta. Se encontró que las primeras experiencias con el alcohol en realidad podría reducir la probabilidad de consumo excesivo más adelante.
Ese estudio, realizado en 2004 y publicado en la revista Time en 2008, encontró que los niños que bebieron con sus padres tenían la mitad de probabilidades de decir que tuvieron alcohol en el último mes, y casi un tercio de probabilidades de admitir que se embriagaron que aquellos que no tomaron con sus padres.
"En un análisis inicial, los resultados parecen estar en contradicción, pero la diferencia importante entre los dos estudios es el grupo de comparación", dijo Jackson.
Ella cree que el estudio anterior comparó niños que recibieron alcohol de sus padres con jóvenes que lo recibieron de adultos que no eran familiares o amigos, menores de edad o que llevaron bebidas a casa sin permiso.
"Nuestra comparación es con los niños que no bebieron en absoluto", dijo.
Cuando escribí un reportaje el año pasado sobre si está bien beber con los hijos, escuché a un montón de personas que sienten que la introducción de sus hijos al alcohol cuando son jóvenes les llevará a tener una actitud más saludable cuando se hacen mayores .
Pero este nuevo estudio —junto con los de investigaciones anteriores— podría plantear una pausa a algunos de esos padres, ya que parece que eleva las preocupaciones de dejar que los niños tomen sorbos ocasionales de vino y cerveza o cualquier otra bebida alcohólica.
El problema puede ser que no se dan cuenta de los mensajes que estan enviando a sus hijos, dijo Jackson.
"Una teoría es que algunos de estos niños están recibiendo un mensaje de que el consumo está bien, sobre todo cuando es ofrecido por el padre", dijo.
0 comentarios:
Publicar un comentario