Así que en un mundo dominado por las fotos de bebés y sesiones profesionales de maternidad, Justin preguntó a Meghan si quería tomarse una serie de fotografías para conmemorar su segundo embarazo. Ella dijo que no y es por ello que él decidió tomar su papel.
"Estudiaba para mi examen de contaduría y surgió la idea de que sería divertido si me las tomaba yo, ya que ella no quería”.
Se rió sobre la idea durante un par de días, y finalmente llamó a su amiga fotógrafa, Kerri Lohmeier. Este sería el regalo sorpresa de Justin para su esposa. Todo lo que necesitaba eran unos calzoncillos de Superman y quizá un par de los shorts de Meghan para lograr el “efecto completo de maternidad”.
Lohmeier recuerda que fue muy inusual recibir este tipo de solicitud para una sesión de fotografías. Pero, como una verdadera profesional con experiencia, aceptó la rareza, y reunió rápidamente algunos accesorios, especialmente helado y pepinillos.
No sé mucho sobre estar embarazada, pero supongo que de alguna forma hace que las mujeres coman como eso.
Estas fotografías ayudaron a Justin a saber cómo se siente estar embarazado.
"Al final de la sesión, el estómago me dolía, y la espalda baja también. Sentí como si tuviera un breve vistazo del sacrificio que las mujeres hacen en sus cuerpos cuando se embarazan”.
Por supuesto, empujaba mucho para que la panza saliera. A pesar de aumentar 6.8 kilogramos en “peso de empatía” desde que se lesionó el hombro haciendo CrossFit, Justin jura que su panza realmente no es tan grande.
El momento cumbre de esta sesión se dio cuando un amigo lo llamó para decirle que acababa de ver las fotografías en el sitio web deCosmopolitan
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