La primera víctima del virus del ébola diagnosticada en Nueva York se encontraba este viernes con condiciones de salud estables y bajo cuidados intensivos, mientras se investigan sus últimas actividades para evitar una extensión de la infección.
Craig Spencer, un médico de 33 años que estuvo varias semanas cuidando a enfermos de ébola en Guinea-Conakry, fue internado el jueves en el hospital Bellevue de Nueva York con síntomas de la enfermedad.
Las autoridades de salud de Nueva York anunciaron que una segunda prueba realizada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) confirmó el resultado positivo de ébola que había salido de un examen preliminar hecho por el hospital.
"Nos han confirmado que la prueba de ébola es también positiva. Está confirmado que tenemos un paciente de ébola", afirmó la comisionada de Salud de Nueva York en una rueda de prensa con otras autoridades de la ciudad.
El paciente está estable, aislado, bajo cuidados intensivos, pero aun así puede conversar perfectamente y de hecho habla continuamente por teléfono, según dijeron los responsables de salud.
No quisieron precisar el tipo de tratamiento que está recibiendo, para preservar la privacidad del paciente, y sólo dijeron que "básicamente se le están manteniendo equilibrados sus fluidos".
El médico infectado informó a las autoridades que usó equipos de protección especial mientras estuvo cuidando enfermos de ébola en Guinea, pero se desconoce cómo, a pesar de ello, se pudo contagiar.
"No sabemos qué pasó, y puede que nunca lo sepamos", reconoció Basset.
Las autoridades de Nueva York han puesto en cuarentena a la prometida del médico y a dos amigos más que tuvieron contacto con el paciente horas antes de que fuera ingresado, y hoy se encontraban aisladas, en paradero que no fue precisado.
Spencer regresó el 17 de octubre a Nueva York, después de una escala en Bruselas, procedente de Guinea-Conakry, y las autoridades están realizando ahora inspecciones en los últimos lugares que visitó para descartar problemas posteriores.
Un café que visitó, la bolera donde jugó y un restaurante en el que comió han sido los lugares que, según dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, han sido revisados y "están limpios".
Dos de esos lugares, el café y el restaurante, se encuentran en la isla de Manhattan y el otro, la bolera, en el barrio de Brooklyn.
Una y otra vez, los responsables de la ciudad dijeron que no hay razón para alarmarse, que el virus sólo se contagia con fluidos corporales y después de que el infectado comience a tener síntomas de la enfermedad.
Eso descarta a todas las personas que pudieron tener contacto con el paciente antes de que en la mañana del jueves notara que tenía un nivel leve de fiebre, 37.9 grados centígrados, unido a síntomas de cansancio.
De Blasio llamó a la calma y dijo que el ébola es "muy difícil" de contagiar porque no se trasmite por el aire, "sólo en contacto directo con fluidos corporales de un enfermo", por lo que los neoyorquinos no tienen "motivos para cambiar de rutinas".
Equipos especiales realizaron este viernes una inspección en el apartamento que el médico compartía con su prometida, en el barrio de Harlem, que ha quedado clausurado.
Tanto De Blasio como el gobernador del estado, Andrew Cuomo, han venido insistiendo desde anoche que la ciudad lleva semanas preparándose para esta emergencia, sus equipos médicos están entrenados y hay unidades clínicas listas para recibir cada caso.
"Estamos totalmente preparados para afrontar el ébola y se están siguiendo los protocolos", destacó De Blasio. "Hemos hecho uno de los esfuerzos más completos en el país" para hacer frente al ébola, afirmó por su parte el gobernador Cuomo.
El caso de Nueva York es el cuarto diagnosticado en el país, y los otros tres se han producido en Texas, ligados a un mismo paciente.
El primer caso diagnosticado en Estados Unidos fue el del ciudadano liberiano Thomas Duncan, quien murió el 8 de octubre en Dallas (Texas), días después de llegar a esa ciudad para una visita familiar.
Dos enfermeras que trataron a Duncan en el hospital y que quedaron infectadas con ébola ya han superado la enfermedad.
Además hay otros tres casos de estadounidenses diagnosticados con ébola en Liberia, un periodista, un médico y una enfermera, que fueron repatriados para su recuperación.
Además hay otros tres casos de estadounidenses diagnosticados con ébola en Liberia, un periodista, un médico y una enfermera, que fueron repatriados para su recuperación.
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