Venezuela.- En los últimos cuatro días, Venezuela ha deportado a 10 colombianos cada hora. Ya son más de mil, según ha informado oficialmente el gobierno de Nicolás Maduro.
El proceso express es la consecuencia directa del cierre de la frontera binacional, que ordenó el jefe de Estado venezolano la noche del pasado miércoles y extendió por los próximos 60 días, para, según dijo, "extirpar estos tumores malignos que el paramilitarismo colombiano ha traído para metérselo al cuerpo noble de la República".
El gobierno de Maduro afirma que colombianos residenciados en el país son responsables de los altos niveles de escasez que vive Venezuela, así como de promover formas organizadas de violencia.
Un discurso que en los hechos, pese a lo reciente del cierre de la frontera, ya ha obligado a salir del país a más de 9,000 colombianos en los últimos 10 meses, de acuerdo a cifras de la Asociación de Colombianos en Venezuela.
La mayoría fueron deportados y acusados de paramilitares, sicarios, desestabilizadores y bachaqueros (contrabandistas de alimentos).
Desde 2005 se hicieron recurrentes las crisis diplomáticas entre Bogotá y Caracas. Los entonces presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez no se llevaban bien y en cuatro ocasiones congelaron relaciones bilaterales.
Sin embargo, nunca como ahora el debate había bajado al nivel de los ciudadanos: a Maduro, pese a sus raíces colombianas, parece incomodarle la presencia de residentes de ese país en Venezuela.
El pasado jueves Maduro dijo que la migración de colombianos hacia Venezuela está llegando a un punto “límite para soportar esa emigración masiva”. Comparó la movilización con la que ejecutan los africanos hacia Europa, e informó que en los primeros seis meses del año más de120,000 colombianos se han establecido en el país.
"Un pueblo que viene casi sin educación, sin un medio en el bolsillo, los pobres de la tierra huyendo de la violencia, de la guerra y de la miseria y buscando en la Venezuela socialista la protección de la seguridad social integral gratuita pública que tenemos", dijo en una transmisión que se emitió, de forma obligatoria, por toda la radio y la televisión del país.
“Colombia se ha transformado en una exportadora neta de pobreza hacia Venezuela”, dijo Maduro en julio pasado en referencia al arribo de colombianos al país. Ya antes, en febrero de 2014, había responsabilizado al paramilitarismo nacido en Colombia de generar violencia en Venezuela para desestabilizar a su gobierno; y en mayo afirmó que 40% de los alimentos desaparecen en Venezuela por culpa del contrabando a Colombia. Un cambio en la postura gubernamental que afecta a los más de 1.8 millones de colombianos que residen en Venezuela.
La ONG venezolana Provea, dedicada a la defensa de los derechos humanos, ha lanzado este viernes una campaña que compara el comportamiento de Nicolás Maduro con las declaraciones antimigración en Estados Unidos del candidato republicano Donald Trump: “¡Te pareces tanto a mí!”, se llama, aludiendo a la letra del popular bolero.
Estas organizaciones califican las recientes declaraciones del mandatario venezolano como xenófobas y opinan que forman parte de una escalada verbal contra la comunidad colombiana residenciada en Venezuela.
Maduro ha anunciado la activación en la frontera de la Operación Liberación del Pueblo (OLP), un nombre rimbombante con que el gobierno venezolano ha bautizado un nuevo plan de seguridad. Se trata de activaciones de grupos policiales y militares que buscan contrarrestar la inseguridad y la escasez, justo los dos temas que más preocupan a los venezolanos –de acuerdo a las encuestas– a menos de cuatro meses de las elecciones parlamentarias.
“Esas declaraciones nos generan mucha alarma. Donald Trump es apenas precandidato, pero Maduro es jefe de Estado y sus palabras se convierten en política de Estado”, advierteInti Rodríguez, vocero de Provea. Actualmente, la ONG confirma que existen al menos 15 colombianos detenidos en Caracas, “cuya única razón para privarlos de libertad es su nacionalidad”.
Todos estos detenidos fueron capturados durante operaciones de seguridad ejecutadas por el Estado en la capital venezolana. “No fueron apresados mientras cometían un delito, tampoco hay ninguna acusación en su contra”, afirma Rodríguez, a quien le preocupa que la práctica comienza a hacerse cotidiana: “Hace un par de semanas otros 20 colombianos estuvieron detenidos por 14 días, bajo la excusa de que tenían abiertos un proceso en el Saime (el servicio de identificación). Los liberaron luego, sin ninguna explicación”.
Efectos colaterales
En la frontera colombo-venezolana se contrabandea con alimentos y gasolina. El ministro de Defensa venezolano, Vladímir Padrino López, calculó que al cierre de 2014 se habían incautado 40 millones de litros de gasolina y 21,000 toneladas de alimentos en la frontera. El tema, al menos, le está sirviendo al Gobierno para justificar la escasez, pues afirma que 40% de los productos básicos son sacados de los anaqueles para enviar a Colombia.
El desabastecimiento general en Venezuela supera el 60% de los bienes, de acuerdo a la firma independiente Datanálisis. Mientras que la inflación, que rozó 70% al cierre de 2014, ya podría superar los tres dígitos, de acuerdo a analistas, pues el Banco Central de Venezuela no emite cifras oficiales desde finales del año pasado.
Para Colombia el cierre del paso binacional constituye una pérdida diaria de 400,000 dólares, de acuerdo a las estimaciones de Edgar Díaz, gobernador del fronterizo departamento del Norte de Santander. Del otro lado de la línea, en cambio, no han dado estimaciones oficiales, pues las exportaciones hacia Colombia habían bajado más de 40% en 2015 debido al depauperado aparato productivo venezolano.
“El cierre que se está produciendo ahora afecta a los bachaqueros pequeños, quienes tienen sus grandes negocios, saben cómo pasar la mercancía ilegal", dice Carlos Zapata, periodista de la zona. Se refiere a la deformación que ha ocasionado en el comercio bilateral la devaluación del bolívar ante el peso, pues resulta negocio viajar desde Cúcuta a San Antonio del Táchira a comprar víveres y revenderlos en Colombia.
Las historias de los ciudadanos son otras. Desesperados, los venezolanos superaron el domingo varias barreras puestas sobre el puente Simón Bolívar -que divide ambos países- y, cédula en mano, llegaron hasta un último cordón de seguridad formado por alambres de púas y rejas móviles.
"Le pedimos a la Guardia Nacional que nos dejara pasar, que queríamos volver. Les explicamos la situación de todos", cuenta José Leonardo Ferrer, uno de los que quedó "secuestrado" junto, al menos, 500 compatriotas más en la zona.
El área binacional es tan activa, que venezolanos suelen buscar empleo en Colombia, lo que les permite ganar en pesos, muy atractivo ante el devaluado bolívar. “Trabajo como mesero enCúcuta (Colombia), pero vivo en San Antonio (Venezuela). El anuncio me tomó por sorpresa, en casa y no podía cruzar el puente para ir a trabajar y, ahora, con la declaratoria de estado de excepción no sé cómo voy a hacer ni de qué voy a vivir", cuenta Andrés Cepeda.
El estado de excepción que anunció Maduro se extenderá inicialmente por 60 días, aunque puede prorrogarse por otros dos meses. El decreto será refrendado por la mayoría chavista en el Parlamento este martes, pese a las críticas de la Mesa de la Unidad Democrática, plataforma que aglutina a los partidos de la oposición, que teme que la medida busque justificar la suspensión de las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre. El último estado de excepción en Venezuela se declaró en 1994.
El jefe de Estado venezolano dijo que el periodo especial en la frontera se mantendría para restablecer el "orden y la paz", luego que tres militares y un civil resultaran heridos en un enfrentamiento con supuestos contrabandistas. Pero a Cepeda esto no le parece coherente. “No son nuevos los enfrentamientos. No entiendo por qué cierran la frontera. Cada cierto tiempo se producen, no son ninguna novedad”.
Ya el 29 de julio un hombre colombiano falleció en la línea, en un supuesto enfrentamiento con laGuardia Nacional, y otra persona habría resultado herida. La acción desencadenó una manifestación pública en la zona. La estación NTN24 informó que el ciudadano era “bachaquero”, y fue detenido justo cuando intentaba pasar víveres en la zona limítrofe.
Antes, el 2 de abril de 2014 la Fuerza Armada venezolana informó el fallecimiento de un colombiano y la detención de 14 personas tras enfrentamiento con supuestos paramilitares; y en junio el paso bilateral fue restringido debido a protestas de presuntos contrabandistas, quienes denunciaban abusos por parte de la Guardia Nacional de Venezuela.
Es más, desde hace más de un año el paso fronterizo entre Colombia y Venezuela se cierra todas las noches. Nadie entra y nadie sale, entre las 10 de la noche y la 5 de la madrugada. La medida se formalizó el 11 de agosto de 2014 para los transportistas, y se amplió desde el 15 de diciembre para cualquier otro tipo de vehículos e, incluso, quienes quieran transitar a pie. Una decisión que busca “reducir a su mínima expresión el contrabando de extracción”, según dijo al anunciar la medida el general Vladimir Padrino, jefe del comando estratégico de las Fuerzas Armadas venezolanas.
El cierre nocturno de la frontera se ordenó apenas días después de que se reunieran en Cartagena, Colombia, el presidente venezolano Nicolás Maduro y su homólogo colombiano Juan Manuel Santos. Allí se había acordado la creación del Centro Binacional de Comando y Control contra el Contrabando, que tendría sede en ambos lados de la línea.
Santos ha dicho este lunes que no le faltará "firmeza" para defender a sus compatriotas, "donde sea que su seguridad se vea amenazada o sus derechos violados". Incluso, convocó a una comisión de asesores en materia de relaciones exteriores para estudiar próximas acciones.
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