"Engañé a mis padres para adoptarlo", dijo Williams. "Yo sabía que acabarían enamorándose de él".
Y lo hicieron. Así que cuando Dood fue diagnosticado con cáncer de hueso terminal en julio, Williams y su familia quedaron en shock.
Lo adoptaron cuando apenas era un cachorro, y "siempre fue un perro feliz, dulce y saludable".
Williams, de 29 años, estaba pensando en casarse con su prometido, Matthijs, en Manzanita, una ciudad costera en Oregon, a principios de agosto. Pero Dood estaba en Utah. La noticia sobre su enfermedad fue devastadora.
"Batallamos para averiguar qué hacer," dijo.
Entonces a Williams y a su familia se le ocurrió un plan. Decidieron que su padre iba a cancelar el vuelo y hacer el viaje de 13 horas en coche de Utah a Oregon, con el perro en el remolque. El perro sería el portador del anillo y podría ver el océano por primera -y el última- vez.
"Dood siempre ha vivido en una pequeña burbuja", dijo. Nunca había estado fuera de su estado natal de Utah antes.
La experiencia no fue fácil, pero valió la pena. Al principio, Dood no estaba seguro de qué hacer, pero cuando se acostumbró al agua, tuvo el mejor tiempo de su vida.
"Era tan feliz, tenía tanta energía", dijo Williams.
Este fin de semana, Williams se dirigía a su casa para decirle adiós a Dood.
Aunque Williams y su familia tenían el corazón roto por la pérdida de su perro, los momentos, las imágenes y la reacción de Dood "no tienen precio."
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