Dos agentes a cargo de supervisar los movimientos de Joaquín El Chapo Guzmán aseguran queel monitor de vigilancia se puso en blanco poco antes de la fuga. Uno de ellos dice que dejó de funcionar durante dos minutos y el otro afirma que fue por 25 minutos; pero ninguno de los dos vigilantes avisó a sus superiores de la supuesta falla.
Así lo declararon ambos agentes a los investigadores de la Procuraduría General de la República (PGR), que lleva el caso. Las errores de actuación la noche de la fuga están reflejados en el expediente de la causa penal 48/2015, al que tuvo acceso la periodista mexicana Anabel Hernández. Los documentos incluyen el peritaje de las cámaras, informes internos y testimonios de funcionarios implicados.
En el momento de la fuga, al menos seis agentes estaban a cargo de monitorear qué hacía Guzmán Loera dentro de su celda.
La vigilancia de El Chapo era doble. Por un lado, estaba el Centro de Control, que depende de la Policía Federal. Por otro, estaba la sala de monitoreo del Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN), vinculado a la secretaría de Gobernación de México.
Hay versiones contradictorias sobre lo que pasó en la sala de pantallas del CISEN, un centro instalado por parte del gobierno desde la llegada de Guzmán Loera a la prisión en la primavera de 2014.
Uno de los agentes, Juan Carlos Sánchez García, asegura que la imagen del monitor se congeló a las 20:48 horas. Según su declaración, la pantalla estuvo en blanco cerca de 25 minutos, sin que informara de ello a sus superiores.
“No se le da aviso a mi superior en el momento en que ocurrió la falla en el sistema, porque la prioridad era tenerlo a la vista”, declara García a la PGR. El agente pretendía dar aviso de la excepcionalidad en el informe rutinario que se envía cada dos horas.
Lo que sí dice hacer Sánchez García es llamar al centro de control del penal. Asegura que llama a las 20:55 sin que nadie le contestara y no vuelve a hacer una segunda llamada hasta las 21:15, sin respuesta tampoco.
Sin embargo, su compañero en la guardia, Aurioles Tavares, no habla de 25 minutos sin señal, sino solo de 2 minutos. Asegura que ven desaparecer al narcotraficante a las 20:52 y que llaman al centro de control sin conseguir respuesta.
Mientras tanto, en la otra sala de control, que depende de la Policía Federal, tampoco funcionan los protocolos, según se desprende de la investigación de la PGR.Tavares explica que no llamaron a los números de emergencia que marcaba el protocolo: “Le recomendé a Juan Carlos que teníamos que llamar a los teléfonos de Gobernación que nos habían dejado en caso de emergencia, por lo que Juan Carlos decidió actuar de la manera en la que lo hizo”, relata el agente. Llaman casi media hora después.
Uno de los policías, Miguel Ángel Flores Mirafuentes, declara que su compañero Emanuel García Conchillos se da cuenta de que El Chapo ha desaparecido a las 20:53. Lo ve en la pantalla. Llama a los custodios y supuestamente nadie responde.
Ni el agente Flores Mirafuente ni su compañero García Conchillos acuden al lugar de los hechos: el Centro de Control estaba muy lejos de la celda, argumenta en su declaración. Tampoco el jefe de la unidad, Vicente Flores Hernández, se mueve de su oficina para acercarse a la celda vacía.
La Procuraduría incluye un testimonio que dice que moverse del centro de control hasta el área de máxima seguridad requiere unos escasos tres minutos. No es hasta las 20:20, 28 minutos después de la desaparición, que las cámaras registran agentes aproximándose a la celda. Los documentos no concretan quiénes son ni si entran en el interior.
El director del penal, crítico con las salas de control
Valentín Cárdenas, director general del penal de máxima seguridad del Altiplano, desconfía en su declaración de las dos salas de control. “Solo tengo la suspicacia del por qué las dos áreas, es decir, tanto el centro de control como el CISEN, tardaron tanto en informar”.
Según los documentos obtenidos por la periodista Anabel Hernández, el máximo responsable del penal del Altiplano dijo que ninguno de los dos organismos le comunicó la huida del Chapo.
Versiones paralelas sobre el brazalete
Las autoridades habían dicho que, con El Chapo, tenían “un cuidado mayor” que con muchos delincuentes, y eso incluía un brazalete de seguridad para localizarlo dentro de la cárcel. Ante los periodistas, el secretario de Gobernación había asegurado: “El brazalete lo deja en la parte superior, antes de bajar al túnel, ahí lo corta”.
Sin embargo, ante los investigadores de la Procuraduría, el director general del penal, Valentín Cárdenas, declaró que el brazalete “estaba abierto de la correa”. A su vez, un agente del CISEN declara una tercera versión discordante: el extensible del brazalete se rompió hacía meses por su mala calidad.
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