El plan de 10 puntos incluye el envío al Congreso de propuestas de leyes que, entre otras cosas, permitirían disolver gobiernos municipales corruptos y crear policías estatales únicas en cada uno de los 31 estados del país, que deje atrás el mando municipal policial que existe hasta ahora en más de 1.800 localidades.
Especialistas consideraron que se trata de un plan sin grandes novedades y que repite promesas de gobiernos anteriores que no han logrado avanzar, como el caso de las policías estatales, un planteamiento que impulsó sin éxito total su antecesor Felipe Calderón (2006-2012).
Peña Nieto dijo que el plan se enfocará en principio en los estados considerados con mayores problemas en materia de seguridad: Guerrero, Michoacán, Jalisco y Tamaulipas.
Las medidas, anunciadas el mismo día que en Guerrero fueron localizados 11 cuerpos decapitados y parcialmente quemados, también incluyen la creación de un número de denuncias único (el 911) en todo el país; una cédula de identidad nacional; leyes contra la tortura, la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales, además de respaldar el avance de leyes anticorrupción que ya están en el Congreso.
"Más que anuncios, necesita la población acciones concretas que verdaderamente hagan creíble lo que en el discurso se está diciendo", dijo a The Associated Press Pedro Torres, doctor en derecho y profesor de la Escuela de Gobierno del privado Tecnológico de Monterrey.
Peña Nieto informó que de inmediato se realizará un operativo especial de seguridad en una zona conocida como Tierra Caliente, que une a los estados de Guerrero y Michoacán, y que ha sido una de las más afectadas por la violencia del narcotráfico.
El plan es anunciado dos meses después de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en la localidad de Iguala, en Guerrero. Los alumnos fueron atacados y detenidos por policías municipales y entregados a un grupo del narcotráfico, todo por órdenes del alcalde, según las investigaciones.
"México no puede seguir así", dijo Peña Nieto. "Después de Iguala, México tiene que cambiar", afirmó.
Tras la desaparición de los alumnos ha habido crecientes protestas y marchas, la última la semana pasada en la cual la molestia se tradujo también en críticas al presidente e incluso se repitieron gritos de "¡Fuera Peña!".
El mandatario se refirió a las manifestaciones, pero no a las críticas directas contra él.
"Las personas que han salido a las calles, en México y en distintas partes del mundo; las expresiones de solidaridad con los estudiantes de Ayotzinapa, de artistas, intelectuales y deportistas; las miles de inconformidades difundidas en redes sociales, así como las opiniones de articulistas y columnistas, todas coinciden en un punto fundamental: que México no puede seguir así", dijo.
Varios cambios implican reformas a la Constitución y algunas iniciativas serán enviadas la próxima semana y otras en el 2015.
Alejandro Hope, experto independiente en seguridad, dijo a la AP que propuestas como el de la policía estatal es similar al de Calderón de 2008 y lamentó que no se tocará un tema considerado clave, como es la procuración de justicia, es decir cómo se investigan y presentan ante jueves casos criminales.
"Hay una ausencia que sí me preocupa sobre manera: nada sobre procuración de justicia... (que) en muchos casos es el corazón del problema", comentó.
El presidente dijo que en paralelo su gobierno promoverá la creación de áreas económicas especiales en tres zonas del sur del país, donde se localiza Guerrero, para promover la llegada de inversiones y combatir así la pobreza y la marginación que también son considerados factores que favorecen el crimen.
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