Si no puedes recordar dónde están las llaves de tu carro, es mejor que comas menos hamburguesas.
Resulta que mientras más grasas trans comas, menos podrías recordar, según un estudio presentado en la conferencia científica de la Asociación Americana del Corazón la semana pasada. Quizá eso explica por qué algunas personas no saben cómo ganaron esos kilogramos en la temporada navideña.
Para analizar qué papel jugaron las grasas trans en la memoria, los científicos en este estudio analizaron las dietas de aproximadamente 1,000 hombres saludables en edad de trabajar.
A los participantes se les mostraron 104 tarjetas con palabras en ellas. Con cada tarjeta nueva que le mostraban al adulto, le preguntaban si la palabra era nueva o repetida.
Al examinar su sangre, los científicos descubrieron que una cantidad desproporcionada de personas que tenían muchas grasas trans en su sistema recordaban menos palabras que aquellas con menos en su sistema.
Por cada gramo extra de grasas trans comido al día, la persona en el estudio recordó 0.76 palabras menos. Los hombres que comieron la mayor cantidad de grasas trans en el estudio recordaron un total de aproximadamente 10% menos de palabras en comparación con los adultos que comieron la menor cantidad de grasas trans, incluso cuando fueron filtrados por cualidades demográficas que normalmente afectan la memoria de uno como la edad, depresión y educación.
Este no es el primer estudio en el que se muestra un vínculo entre los problemas de memoria y las dietas altas en grasa, pero es uno de los primeros en los que se analiza este grupo grande de hombres adultos jóvenes. En un estudio de 2012 sobe mujeres mayores se encontró que aquellas que consumían más grasa de todos los tipos tenían problemas de memoria. En un estudio de 2013 en Reino Unido se encontraron resultados similares en una cantidad pequeña de mujeres jóvenes.
Sin embargo, todavía no está claro cuál es la conexión directa entre las grasas trans y la memoria. Un estudio como este no puede probar causa y efecto, pero los investigadores especulan que una razón para los resultados podría ser que consumir grandes cantidades de grasas trans puede causar estrés oxidativo, un tipo de daño celular.
La médico Olivia Okereke, profesora de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, estudió este problema con una población femenina mayor y cree que la teoría del estrés oxidativo es plausible.
También se plantea si hubo otros factores en las vidas de los hombres que llevaron a problemas de memoria.
"Muchos de los hombres que consumen las mayores cantidades de grasas trans también podrían ser aquellos con los estilos de vida menos saludables o con la mayor prevalencia de problemas de salud”, dijo.
Debido a la epidemia de obesidad, ha habido un esfuerzo concertado de médicos y el gobierno federal para sacar las grasas trans de las dietas estadounidenses.
La Asociación Americana del Corazón aconseja a los estadounidenses a no comer más de dos gramos de grasas trans al día. Esto es lo que naturalmente se encontraría en la carne y los lácteos que comen normalmente las personas. Los problemas de alimentación generalmente comienzan cuando las personas comen muchos alimentos procesados.
Los fabricantes comenzaron a utilizar grasa trans para alargar la cantidad de tiempo que los alimentos duran en la alacena, en particular la comida procesada.
En 2006, la FDA (siglas en inglés de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) pidió que los fabricantes enlistaran la cantidad de grasas trans en las etiquetas. Ese requerimiento causó que muchas empresas redujeran las grasas trans de sus productos… al menos algo de estas. La ley todavía permite que las empresas enlisten productos como “libres de grasas trans” incluso si tienen 0.5 gramos de grasa.
“Desde un punto de vista de la salud, el consumo de grasas trans se vincula con un mayor peso corporal, más agresión y enfermedades del corazón”, dijo la autora del estudio, la médico Beatrice Golomb. A menudo advierte a los pacientes en contra de comer una dieta rica en grasas trans. “Como le digo a los pacientes, aunque las grasas trans aumentan la vida de los alimentos, reducen la vida de los pacientes”.
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