No todo el mundo usa las redes sociales para mostrar
su mejor cara. Cada vez más los insultos, el maltrato o las simples
discusiones se trasladan de la vida "real" a internet. Pero las barreras
entre lo que es molesto o incómodo y lo que es un delito no están
claras, ni para la policía ni para el público.
Al menos la mitad de las llamadas que recibe la
policía inglesa son quejas sobre comportamientos en las redes sociales,
le explicó a la BBC el jefe policial Alex Marshall, director de la
Academia de Policía.Según el portavoz policial, esto es "un verdadero problema para los policías que están en primera línea".
"En un día normal, si se reciben una docena de llamadas, al menos la mitad de ellas están relacionadas con las redes sociales: Facebook, Twitter u otras, sean por comportamientos antisociales, insultos o amenazas de agresión".
Varios policías consultados por la BBC confirmaron las declaraciones de Marshall y explicaron que una parte importante de las llamadas que reciben están relacionadas con hechos sucedidos en las redes sociales.
Roger Pegram, detective de la Policía de Manchester, dijo que la forma en que se cometen los crímenes ha cambiado mucho desde que él se unió al cuerpo, hace 14 años.
Sentido común
Algunas de estas denuncias caen dentro de la definición de "delitos tradicionales", según aclaró. "No necesitas estar cara a cara con alguien en la calle para amenazar a esa persona"."Puedes hacerlo desde tu casa o desde un cibercafé con wi-fi. Esta gente puede cometer crímenes en cualquier lugar, contra cualquiera", añadió.
Un policía que quiso mantenerse en el anonimato dijo que aunque algunas quejas son graves y deben ser investigadas. Otras se refieren a incidentes que nadie consideraba crímenes antes de la existencia de las redes sociales.
"Muchas veces la gente llama con esa actitud de: 'No sé qué hacer. Llamo a la policía para que me dé una solución'", afirmó.
"Son casos de sentido común. Deja de ser amigo de esa persona en Facebook, contacta antes a Facebook o no lo utilices", opinó el agente.
Marshall confirmó que la policía "no puede lidiar con todas las tonterías y discusiones que ocurren en las redes sociales".
"A lo largo de la historia, las personas se han insultado, han discutido y, probablemente, han dicho cosas de las que luego se arrepintieron. Y la policía nunca ha investigado todas las discusiones que tiene la gente", ejemplificó.
"Tenemos que tener cuidado. Hay que distinguir si algo es grave, es un crimen, y alguien está siendo amenazado, o sufre maltrato doméstico. A lo mejor esa persona está siendo coaccionada de forma deliberada como forma de castigo por parte de su pareja. Es un tema grave del que tenemos que ocuparnos".
Formación
Marshall dijo que para combatir el problema se necesita formación policial, educar a los ciudadanos y también que las redes sociales apliquen las normas.Unos 6.000 agentes están recibiendo formación en la Academia de Policía, encargada de establecer las normas policiales en Inglaterra y Gales, para que aprendan a identificar cuando una queja muestra un patrón de comportamiento que debe ser investigado. También se puede recurrir al criterio de la fiscalía, que Marshall calificó de "buen punto de inicio".
Un problema es que no hay datos sobre delitos en internet. Los crímenes en internet se etiquetan de forma tradicional, no como cibercrímenes, de forma que hay que leer los casos de forma individual para ver si el crimen se originó en las redes sociales.
La Academia de Policía está intentando cuantificar cuántos crímenes se originan en las redes sociales y espera tener resultados dentro de dos meses.
El Home Office (ministerio de Interior de Reino Unido) anunció que introdujo una "bandera" voluntaria este año para que los cuerpos policiales puedan destacar los crímenes online, para "mejorar nuestro entendimiento de dónde suceden los crímenes".
Su utilización será obligatoria en 2015 o 2016.
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