Algunos defectos de nacimiento en los recién nacidos podrían ser cosa del pasado algún día, debido a las nuevas tecnologías robóticas desarrolladas para realizar cirugías en los bebés en el útero.
La espina bífida es una de esas enfermedades, que afecta a aproximadamente uno de cada 2,500 recién nacidos en todo el mundo, donde una lesión en la espalda deja expuesta a la médula espinal en el útero, lo que genera discapacidades graves, dificultades de aprendizaje, y en algunos casos la muerte.
La mejor opción es realizar una cirugía para corregir el problema antes de que el bebé nazca pero las complejidades de ese procedimiento significan que esto actualmente solo ocurre en cinco países en todo el mundo. La mayoría de los países realiza la cirugía después de que el niño nace, pero cuando la mayoría del daño ya ocurrió.
Para reducir el riesgo involucrado en la cirugía fetal, los científicos en laUniversidad Colegio Londres (UCL, por sus siglas en inglés) y KU Leuven en Bélgica, desarrollan un minúsculo brazo robótico para entrar al útero con una interrupción mínima para la madre y el bebé.
Los robots tienen como objetivo la espina bífida pero también condiciones menos conocidas como el síndrome de transfusión gemelo a gemelo, donde la sangre pasa desigualmente entre gemelos que comparten una placenta, y la obstrucción fetal del tracto urinario, donde los bebés no pueden orinar en el útero y sus vejigas se agrandan y se distienden.
La cirugía en los fetos ha sido efectiva para tratar algunas condiciones hasta la fecha, pero para la espina bífida, los riesgos para la madre y el bebé significan que la cirugía solo se realiza en pocos países, donde existen equipos de especialistas.
"La mayoría de los defectos de nacimiento puede prevenirse si podemos intervenir pronto”, dice el profesor Sebastien Ourselin, del Centro UCL para la Computación de Imágenes Médicas de Reino Unido, quien lidera el nuevo proyecto de investigación. “Pero actualmente, los sistemas quirúrgicos no están disponibles y la operación de bebés en el útero está reservada para solo pocos de los defectos más graves ya que los riesgos son demasiado altos”.
El equipo de Ourselin planea desarrollar un pequeño robot de tres brazos, de no más de dos centímetros de ancho, para permitir que haya más cirugías, como parte de un proyecto de 17 millones de dólares financiado por el Wellcome Trust y el Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas de Reino Unido.
El dispositivo consistirá en una cámara fotoacústica que ofrece imágenes 3D del feto en tiempo real, que ayudará a guiar a dos brazos flexibles para llevar geles o parches para sellar el espacio en la columna vertebral de los bebés con espina bífida. Si tiene éxito, los brazos se desarrollarán con más destreza y grados de libertad para realizar la cirugía por sí mismos y tratar condiciones como la cardiopatía congénita. Incluso podrían entregar células madre a medida que progresen las terapias con células madre. Una vez que la entrada al útero sea segura, el potencial es enorme.
En países donde la cirugía fetal se realiza actualmente, los cirujanos cortan el vientre de la madre antes de las 26 semanas de embarazo, pero hay riesgos de salud, efectos secundarios para las madres y riesgos de un parto antes de tiempo.
"En los lugares en los que la cirugía está disponible en Europa, las personas son renuentes y temen por los efectos secundarios”, explica el médico Jan Duprest, quien lidera los trabajos en KU Leuvin y tiene pacientes que rechazan la cirugía regularmente. “La cirugía robótica se vuelve popular en estos días y necesitamos aprovecharnos de eso y no solo mejorar la cantidad de pacientes que escogen la cirugía sino también mejorar la libertad con la que podemos operar al utilizar estas sondas flexibles”.
Para tener el mejor efecto, la cirugía debe realizarse antes de la semana 26 para prevenir el daño a la médula espinal expuesta y la discapacidad resultante. Ourselin quiere que se haga incluso antes.
"Queremos entrar a las 16 semanas para ofrecer el mayor beneficio a los pacientes y nadie hace esto todavía”, concluye Ourselin. “Lo más importante es reducir la invasión del procedimiento ya que quieres evitar causar un parto prematuro. Si podemos posibilitar esto, queremos expandir el tratamiento para que sea posible para todas las enfermedades que ya se presentan en el nacimiento”.
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