6 de diciembre de 2014

RÍO ESTRENA PLAYA NUDISTA


RIO DE JANEIRO (AP) -- Pedro Ribeiro vive a solo una cuadra de la playa de Copacabana, una de las más famosas del mundo. Pero casi todos los fines de semana maneja casi tres horas para tomar sol como le gusta, desnudo.

Después de una batalla de dos décadas como director de una asociación local de nudistas, Ribeiro logró que Río de Janeiro tuviera su primera playa nudista, lo que puede sorprender a muchos debido a la fama de la ciudad por sus desinhibidos carnavales y su actitud abierta.

La playa de Abrico, a unos 40 kilómetros (25 millas) al oeste del centro de Río, fue oficializada como playa nudista el mes pasado.

Aunque los trajes de baño ínfimos de las playas brasileñas prácticamente no dejan nada a la imaginación, esas tiritas y triángulos que cubren las zonas más privadas del cuerpo representan toda la diferencia.

El nudismo fuera de los desfiles de Carnaval es rechazado en Brasil. En los 7.400 kilómetros (4.600 millas) de costas hay apenas ocho playas nudistas, entre ellas ahora Abrico, de Río de Janeiro.

Por comparación, hay más de 200 en Estados Unidos y muchas en Europa.

"Todavía es muy tabú. La mayoría aquí sigue identificando nudismo con amor libre", afirmó Ribeiro mientras paseaba desnudo con la sola excepción de una gorra para protegerse del sol. "En Río hay celebraciones del Carnaval en las que desfilan personas desnudas o semidesnudas en las escuelas de samba. Pero los residentes de Río solo lo aceptan durante el Carnaval".

Rodeada de vegetación tropical, Abrico está aislada de las playas vecinas por formaciones rocosas. Debido a su aislamiento, había atraído a nudistas desde fines de la década de 1950, dijo Ribeiro.

La ley municipal aprobada el mes pasado requiere que la policía patrulle la playa. Pero hasta ahora no ha venido nadie, según afirmó.

"Cuando era ilegal andar desnudo aquí, los policías venían todo el tiempo, amenazando y hostigando a la gente", dijo Ribeiro. "Ahora que los necesitamos, no hay ninguno a la vista".

Claudio da Silva, de 53 años, uno de apenas un puñado de personas que desafió el mal clima para visitar Abrico esta semana, dijo que "lamentablemente los brasileños todavía no están preparados sicológicamente para el nudismo".

"Estas actitudes no cambian de la noche a la mañana", afirmó Silva, ajustándose sus gafas oscuras. "Pero creo que esta ley demuestra que estamos progresando lentamente".

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