WASHINGTON-- Al declarar el fin de una "austeridad sin sentido", el presidente Barack Obama hizo un llamado el jueves a incrementar el gasto del gobierno, y pidió al Congreso abandonar los recortes generalizados que ambos partidos acordaron hace cuatro años, cuando los déficits estaban fuera de control.
El plan presupuestal de Obama contempla un incremento de 74.000 millones de dólares, aproximadamente el 7%, que se dividirían casi por igual en programas de defensa y civiles. Aunque el presidente buscó antes revertir los recortes de gastos, la apuesta del mandatario este año llega con el entusiasmo de una economía que mejora e importantes reducciones en los déficits federales.
Adoptando un tono desafiante, Obama prometió no quedarse al margen mientras describía su propuesta al Congreso durante un discurso que dio en Filadelfia, donde los demócratas se reunieron por su retiro anual.
"Necesitamos levantarnos e ir a la ofensiva y no estar a la defensiva sobre lo que creemos", declaró Obama. Burlándose de los republicanos por los recién descubiertos intereses de los líderes en la pobreza y la clase media, Obama cuestionó si respaldarían con sustancia cuando se necesite.
"Si el Congreso rechaza mi plan y se niega a eliminar los recortes arbitrarios, eso amenazará nuestra economía y a las fuerzas armadas", advirtió Obama el jueves en una columna de opinión publicada en The Huffington Post. Agregó que la deuda del país seguirá bajando como parte de la economía en general.
Las cifras representan la primera oferta de Obama en momentos en que se encamina a una inevitable batalla presupuestal con el nuevo Congreso encabezado por los republicanos.
Los republicanos de inmediato mostraron resistencia al plan y lo calificaron de "charla informal", aunque no está claro cuánto se opondrán a la propuesta de Obama.
Los miembros de ese partido están enfocados principalmente en revertir los recortes al gasto militar, mientras los demócratas y el presidente buscan más dinero para educación, investigación, salud e infraestructura. Los republicanos argumentan que invertir más en tantas áreas podría minar las reducciones tan duramente logradas en el déficit anual del país.
Se oponen también a muchas alzas en los impuestos propuestas por Obama para pagar por el incremento presupuestal.
Ningún partido tiene buenos recuerdos de los recortes presupuestales automáticos, los cuales afectaron a todo el presupuesto federal y originalmente fueron pensados más como una amenaza que como un verdadero plan para recortar el gasto. Con la economía ganando impulso al tiempo que los déficits bajan, ambos partidos han manifestado que quieren eliminar algunas reducciones.
Por lo general, los demócratas y los republicanos están inclinados a incrementar el gasto en las fuerzas armadas, las cuales lidian con amenazas de terrorismo y se han visto presionadas por límites presupuestales y dos largas guerras.
Algunos republicanos en la Cámara de Representantes quieren reducir los presupuestos de ciertas agencias nacionales con el fin de que haya más dinero disponible para el ejército, un método que fracasó cuando lo intentaron hace dos años. Algunos están pensando en recortes en los llamados programas obligatorios, como el Seguro Social o el Medicare para los adultos mayores, mientras que otros desean que sí se retiren las restricciones al gasto.
"Lo que sea necesario dentro de lo razonable para solucionar este problema es lo que estoy dispuesto a hacer", declaró el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, al agregar que estará dispuesto a considerar más aumentos de impuestos "sólo para que las cosas se hagan".
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