Pronto, los bomberos podrían combatir el fuego con sonido, si un nuevo dispositivo inventado por dos estudiantes de ingeniería en Fairfax, Virginia, se populariza.
El nuevo extintor de Viet Tran y Seth Robertson se parece un poco a uno convencional, pero en vez de un tanque de aire comprimido que arroja químicos, hay un altoparlante del tamaño de un subwoofer que emite ondas de sonido.
No suena mucho, solo un zumbido grave, pero cuando se lo apunta a las llamas, las hace desaparecer.
En cierta medida, es como soplar el fuego, porque las ondas de sonido sin básicamente múltiples y regulares impulsos de aire.
Cuando empezaron, Tran y Robertson pensaron que los tonos altos serían efectivos. Pero no es así.
“Son sonidos de baja frecuencia, como el bajo en el hip hop”, dijo Tran.
Sin olor ni desorden
Con agua, polvo, espuma y productos químicos, ya son muchos los elementos para extinguir una llama, así que es difícil imaginarse qué sentido tiene agregar uno nuevo.
Pero exitinguir una llama usualmente deja un gran desorden: residuos químicos en cada espacio que arruina lo que el fuego no devoró.
Las ondas de sonidos son mucho más limpias.
Tran proyecta que los nuevos extintores sean pequeños, quizás montados sobre estufas de cocina para apagar los fuegos por aceites y grasas en la cocina.
O los astronautas podrían usarlos. “En el espacio, el contenido del extintor se esparce por todos lados. Pero, en vez, puedes dirigir ondas de sonido en un ambiente sin gravedad”, dijo Robertson.
Pensaban que reprobarían
Robertson y Tran parecen haber derrotado a la agencia de defensa, según la Universidad George Mason, en donde los dos desarrollaron el extintor como una suerte de examen final en su último año.
La Agencia de Proyectos de Investigación de Defensa Avanzada ha realizado experimentos sobre la extinción de fuego con sonido pero no parecen haber desarrollado algo tan práctico como un extintor.
Pero cuando empezaron, la idea de Tran y Robertson fue repelida por sus compañeros de clase, quienes pensaron que seguro reprobarían el examen con ese proyecto. Los profesores fueron reacios a apoyarlos.
El profesor Brian Mark acordó servirles de mentor, aunque al principio pensó que el proyecto fracasaría. “Algunos estudiantes toman el camino seguro, pero Viet y Seth tomaron la opción más arriesgado”, dijo.
Ahora, la universidad los ayuda a solicitar una patente provisional.
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