El jefe de la policía de Ferguson, Missouri, Thomas Jackson, informó en una carta este miércoles que renuncia a su cargo, disposición que entrará en efecto el próximo 19 de marzo para “facilitar una transición ordenada del mando”.
“Es con una profunda tristeza que anuncio mi renuncia de mi puesto como jefe de lapolicía de la ciudad de Ferguson”, expresó Jackson, añadiendo que servir a la policía como su jefe “ha sido un honor y un privilegio”.
El alcalde de Ferguson James Knowles le dijo a los reporteros en un mensaje este miércoles que la renuncia de Jackson se debió a que el exjefe de la policía "es un hombre honorable". "Tras una introspección, sintió que era la mejor manera de avanzar; fue algo muy difícil que se vaya y verlo irse", expresó.
El hecho ocurre una semana después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos lanzó una crítica al departamento policiaco.
Jackson recibirá un pago por un año, así como un seguro médico, y el teniente Al Eickhoff asumirá las funciones del exjefe mientras se hace una búsqueda nacional para un nuevo jefe, informó la ciudad de Ferguson.
El administrador de la ciudad de Ferguson, John Shaw, renunció el martes, tras el reporte del gobierno estadounidense que expuso los problemas en las tácticas y políticas de la ciudad. El reporte mencionó tanto a Shaw como a Jackson por nombre.
Jackson no respondió este miércoles a múltiples peticiones para hacer comentarios a CNN.
El reporte del Departamento de Justicia reportó que los oficiales de Ferguson veían a los residentes como “fuentes de ingreso”, una práctica que se enfocaba desproporcionadamente con la gente negra.
Los investigadores también encontraron evidencia de bromas racistas que se enviaban los oficiales de policía de Ferguson, así como funcionarios de la corte.
Dos oficiales de policía renunciaron la semana pasada y el principal funcionario de la corte de la ciudad fue despedido por estar conectado a correos electrónicos racistas, informó el viernes el vocero de la ciudad Jeff Small.
Cuando Thomas Jackson se convirtió en el jefe de la policía de Ferguson en 2010, se supondría que sería una manera fácil de terminar su carrera policiaca.
Luego de 30 años con el Departamento de Policía del Condado de St. Louis, sirviendo como comandante de una fuerza encargada de combatir el narcotráfico, así como de supervisor de un equipo de SWAT, ser jefe de policía en un departamento pequeño sería menos estresante.
Pero la muerte del joven negro Michael Brown en 2014 cambió todo.
Brown estaba desarmado cuando fue baleado por un oficial de policía blanco. El incidente expuso los sentimientos de desconfianza entre la comunidad negra en Ferguson y su departamento de policía, que es primordialmente blanco.
Darren Wilson, el oficial que le disparó a Brown, no enfrentó ningún cargo criminal por el hecho. En noviembre pasado, un gran jurado decidió no indiciarlo.
La semana pasada, el Departamento de Justicia informó que las acciones de Wilson “no constituyen violaciones por las cuales habría que penalizarlo” acorde a los derechos civiles federales. El hombre renunció al departamento de policía en noviembre, citando preocupaciones por su vida.
Incluso antes de que se difundiera el Departamento de Justicia, el Fiscal General de Estados Unidos Eric Holder dijo que “fue muy evidente la necesidad de un cambio total en el departamento de Ferguson”.
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