A simple vista, no hay señales obvias de que algo no
está bien en el campamento Kyein Nyi Pyin de Birmania. Pero poco a poco
está surgiendo una nueva crisis en campos de concentración de musulmanes
rohingya como este. Aunque hay que mirar dentro de las oscuras cabañas
para encontrarla.
A mi llegada en barco, hay mucha actividad en el
muelle. Acaba de llegar un cargamento de madera y una procesión de
hombres rohingya la transportan un kilómetro campo adentro. Se espera
que las lluvias monzón golpeen con fuerza en el estado birmano de
Rajine. La madera se necesita para construir más casas y fortalecer las
que ya están en pie.Hace casi tres años unos 4.000 musulmanes rohingya de Kyein Nyi Pyin fueron desplazados por bandas budistas rajinas, y el campamento ahora tiene un aire de permanencia. Alguien ya me había advertido que no se sentía como un "campo de concentración".
No hay vallas y en el puesto de guardia hay un par de policías taciturnos. Pero los rohingya no son libres. Toda la tierra que les rodea está ocupada por budistas rajinos, muchos de ellos fueron quienes sacaron a los rohingya de sus pueblos para dejarlos aquí.
Buena parte del estado está segregado. Los budistas pueden ir a donde quieran, mientras que los rohingya están confinados en este y otros campamentos "por su propia seguridad".
Aquí, mujeres embarazadas, niños enfermos y ancianos están sufriendo, en incluso muriendo, porque no tienen acceso a medicinas ni a asistencia sanitaria básica.
0 comentarios:
Publicar un comentario