2 de enero de 2015

Ezequial Molina llama a los evangélicos a combatir la corrupción



SANTO DOMINGO-- Apoyado en brazos, después de un desmayo que lo mantuvo convaleciente por más de media hora, el pastor Ezequiel Molina Rosario terminó de pie llamando la tarde de ayer a los evangélicos a integrarse a la política para combatir la corrupción y lograr “un Congreso de Dios”.

“Yo creo, y se lo digo a los pastores y a los líderes, es tiempo que preparemos talento idóneo. Hombres y mujeres con temor de Dios y llevarlos al Congreso, llevarlos a los ayuntamientos, a ver si algún día esto cambia”, expresó con voz enérgica al retomar su prédica, momento central de la concentración anual evangélica “La Batalla de la Fe” celebrada en el Centro Olímpico.

Expresó que se necesita un “Congreso con más temor de Dios” para evitar la aprobación de “esas leyes aberrantes, esas leyes profanas, esas leyes contrarías a nuestra moral y a nuestra decencia”.

El líder evangélico sostuvo que la corrupción, que señaló como “el tercer flagelo” tras el narcotráfico y la perversión sexual, es producto de la ambición y egoísmo de “tres o cuatro grupitos” que se reparten el presupuesto nacional.

“Sueldos de hambre para miles de obreros. Miles de hogares pasando trabajo. Mientras otros botan y se van en yates de lujo porque el presupuesto nacional no alcanza para satisfacer las ansias de un grupo de ambiciosos y egoístas”, apuntó.

Narco y perversidad

Momentos antes al reiniciar el discurso “Entre la vida y la muerte”, luego de su desvanecimiento en el podio, Molina señaló que el tráfico de drogas no puede ser vencido porque “se han alejado de Dios”.

“En este negocio de las drogas, como sabe el país y toda América, hay muchos intereses envueltos, hay muchas víctimas”, aseguró.

Mientras que pidió a los feligreses evangélicos “levantar la bandera de que aquí hay un pueblo que ama y sirve a Dios” ante la intención de “cambiar el patrón divino y declarar como matrimonio legal a un hombre con un hombre y una mujer con una mujer”. Consideró que estos “flagelos” son producto “de haber dejado a Dios” y advirtió que “cuando la maldición divina caiga sobre este país y sobre estos pueblos, entonces recordarán que hubo profetas en esta tierra”. “Estamos entre la vida y la muerte. Tenemos que escoger”, dijo el predicador.

Molina Rosario subió al podio sobre el escenario alrededor de las 4:00 de la tarde luego de recibir un reconocimiento del Senado de la República en manos de los senadores Amarilis Santana y Rubén Darío Cruz.

Veinte minutos después sufrió el desmayo. La situación causó conmoción entre los miles de asistentes, que entre lágrimas y de rodillas, clamaban por la salud del pastor.

Al finalizar su discurso, fue llevado a una ambulancia, donde fue hidratado y medicado. Se informó que el episodio fue causado por un cuadro de deshidratación e hiperglucemia, pero que se encontraba estable. Fue trasladado en la unidad de atención a un centro de salud que no fue especificado.

Embajador israelí

Al iniciar el acto, que este año cumplió 51 años, el embajador de Israel en República Dominicana, Bahij Mansour, agradeció a la comunidad evangélica dominicana sus oraciones por el pueblo israelí.

Luego de ser presentado por Ezequiel Molina Sánchez, hijo del pastor Molina Rosario, Manseur pidió mantener las súplicas para que sean protegidos los lugares sagrados de Jerusalén y evitar que grupos extremistas sigan violentado a Israel “usando a Gaza como escudo humano”.


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